Gracias a las recopilaciones de la editorial Valdemar conocí a Saki, seudónimo literario de Hector Hugh Munro, británico (nacido en las colonias) y miembro de esas generaciones tan prolíficas nacidas en el siglo XIX.
De lo poco leído hasta ahora deduzco un humor muy británico, a medio camino entre la ironía y el humor negro. Sin duda Saki fue un gran crítico de su sociedad, tan superficial, tan hipócrita, tan... "eduardiana" (qué diferente de nuestra sociedad: sincera, honesta, solidaria, sin mácula alguna...). Pues sí, ese era Saki, no estaba muy lejos del sarcasmo de Ambrose Bierce aunque con menos amargura. Es por ello para mí un misterio la razón por la que, a pesar de no tener obligación ninguna al haber pasado de los cuarenta años de edad, se alistó como simple soldado raso en el ejército de Su Majestad para recibir un tiro mortal en una fangosa trinchera francesa... ¿Suicidio encubierto?
Si esa fuese la explicación también coincidiría con Bierce, el cual se unió al ejército de Pancho Villa con más de setenta años sin motivo aparente para desaparecer sin dejar rastro. Al margen de esas peripecias vitales (o mortales más bien) los cuentos de Saki muestran un agudo talento, ingeniosidad que lo sitúan cerca de los mejores escritores anglosajones del XIX.
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