Creo que fue en una novela de Hesse en donde se argumentaba que en la evolución humana encarnada en los seres que alientan actualmente no todos habían llegado a hombre, que algunos habían quedado en pez o rana. Pues bien, quizá sea incluso más extremo: la mayor parte de la sociedad humana ha quedado en insecto. En insectos que no llegan a comprender la trascendencia de sus vidas, que repiten maquinalmente la existencia de sus padres y abuelos, con el sacrosanto nombre de "tradición". Así es, las generaciones se suceden sin que haya importantes cambios más que en los elementos accesorios: la ropa, la alimentación, el transporte... poco más; los principios que rigen la vida de los hombres siguen siendo los mismos hoy, en el siglo XXI, que hace dos o tres siglos, ¡qué desatino!
Las generaciones de hormigas o termitas se suceden sin fin, en realidad ni saben que existen, se limitan a seguir sus instintos (nuestras tradiciones) para jugar a ese dramático juego que llamamos vida.
Como las hormigas, nuestros coetáneos viven de forma irreflexiva, banal, sin comprenderse...
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