Recientemente estrenada en nuestros cines, Meteora fue nominada para el premio al mejor largometraje en la Berlinale de 2012. Una bella película, un ejercicio de búsqueda de la excelencia estética.
Meteora narra la historia de un amor prohibido entre un monje ortodoxo griego y una monja ortodoxa rusa. Es una película a ritmo de documental, con un ritmo lentísimo, tanto como el que se supone a la vida en un monasterio ortodoxo. Lo verdaderamente destacable es la fotografía: los bellísimos paisajes de los monasterios de Meteora en la Grecia central, encaramados en lo alto de inverosímiles peñascos que facilitaban el alejamiento del mundo de los que allí profesaban su fe.
Unos notables dibujos al estilo de los iconos ortodoxos -como el que se aprecia en el cartel promocional- aumentan la originalidad de la cinta.
El resto de la película: las actuaciones, la dirección, el propio guión... no pasa de correcto. Es un film notable, pero no por su dirección, realización, elenco actoral, argumento... lo que hace le hace único es esa fotografía sin par.
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