Sigo con el pequeño volumen de relatos de José María Latorre, y creo que Valdemar se ha equivocado al titularlo La noche de Cagliostro y otros relatos de terror. En mi opinión el error es doble: por un lado no se trata de relatos de terror propiamente dicho, sino relatos fantásticos, fantasiosos, extraños si se quiere, pero no de terror. Es un tipo de narrativa muy frecuente desde lo que se llamó Romanticismo literario hasta nuestros días, están ambientados en épocas lejanas o cercanas, su trama es inusual, sugerente y novedosa; entran más en la categoría de cuentos que en la de relatos; pero no tienen por qué ser específicamente de terror. Este es el caso de este tomo de Latorre.
Por otro lado, situar al llamado La noche de Cagliostro como referente de todos los demás es otro desatino, pues, aún siendo un aceptable cuento, carece de gran interés. Pero sobre todo es incorrecto porque otro relato, titulado Por amor a Antonella le supera ampliamente en originalidad y desarrollo. Con todo esto, creo que hubiera sido más apropiado titular el volumen como Por amor a Antonella y otros cuentos fantásticos, se acercaría más a la realidad.
Por amor a Antonella tiene un desarrollo notable, mantiene la tensión hasta el final y está excelentemente documentado. Tal vel la conclusión es poco espectacular e incluso un tanto previsible, pero, desde luego, es lo mejor contenido en este pequeño libro editado por Valdemar.
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