Otro de los "monstruos" del cómic europeo: Vittorio Giardino, creador de personajes como Max Fridman, Sam Pezzo o este Jonas Fink.
El estilo de Giardino es más "clásico" que el de Tardi, lo que los entendidos llaman "línea clara", es decir, dibujos de líneas perfectamente definidas, con predominio de los colores suaves.
Con respecto a los temas tratados (puesto que Giardino es ilustrador y guionista de todos sus cómics), abundan los personajes judíos (Fridman, Fink...) pero con un, valga la expresión, "judaísmo residual", como algo heredado pero no de lo que estar especialmente orgulloso. Los personajes principales, aun siendo miedosos o incluso pusilánimes, acaban por convertirse en héroes y hasta en ejemplos a seguir. El autor desarrolla sus historietas en los terribles años 30 y 40 en Europa, años de guerras y miseria material y moral, en ese contexto, sin embargo, relucen como arquetipos de honestidad e integridad.
Puede decirse, como crítica negativa, que las historias de Vittorio Giardino son demasiado blancas, demasiado "buenistas"; los personajes, ciertamente, no tienen un lado oscuro tan evidente en los de Jacques Tardi, por ejemplo. Jonas Fink, en concreto, es un niño praguense de origen judío que ha de madurar en un mundo hostil: padre detenido por los comunistas por ser considerado un elemento burgués, rechazo de sus compañeros por ser judío... Todos los elementos que han hecho de Giardino uno de los mejores historietistas están presentes.
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