La raza es, como todo el mundo sabe, la trilogía formada por La dama errante, La ciudad de la niebla y El árbol de la ciencia. De ellas, con gran diferencia, es la última la más leída y aclamada, de hecho, en mi juventud era "lectura obligatoria" en bachillerato. A mis ya lejanos catorce o quince años me entusiasmó El árbol de la ciencia, sentí cierta empatía con Andrés Hurtado y su afán por alejarse del mundanal ruido. Ahora retomo la novela pero con las dos anteriores, en una edición de Tusquets.
Ya he leído La dama errante, y he de decir que me ha decepcionado bastante. Es una novela con un cierto apresuramiento y ligereza; es, en cierto modo, una novela de viajes, ya que narra la huida de Madrid del doctor Aracil y su hija María tras verse tangencialmente involucrados en un atentado terrorista (copia según el propio Baroja del atentado contra Alfonso XIII perpetrado por Mateo Morral) camino de Portugal. No creo haber sido injusto al describir como apresurada y ligera esta novela, sobre todo cuando es obra de Baroja, capaz de entretejer historias de una forma mucho más eficaz y espesa (la propia El árbol de la ciencia lo demuestra); hasta tal punto afirmo esto que estoy seguro de que si su autor no hubiese sido el célebre vasco probablemente no hubiera sido publicada ni conocida. Así son las cosas: "el mejor escribiente echa un borrón", y el mejor escritor escribe alguna novela olvidable.
Con todo, Baroja está ahí con la profusa descripción psicológica de sus personajes, enlazando todo con una naturalidad pasmosa. Es decir: la calidad de la obra "barojiana" se aprecia en el fondo, pero en La dama errante no alcanza las altas cotas que se degusta en la última parte de la trilogía. En fin, seguimos para bingo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.