Aciertan los de Valdemar al titular este volumen como "cuentos extraños e inquietantes". No conocía de la existencia del tal Aleister Crowley, y por la contraportada me pareció todo tan surrealista que dudé en comprar el libro. No me arrepiento de haberlo hecho, aunque muchas lecturas sean francamente desasosegantes.
Pero no son desasosegantes por el argumento fantástico o terrorífico, estoy más que acostumbrado a ellos. Lo desasosegante viene por la extrañísima naturaleza de Crowley, un individuo de una excentricidad tan desconcertante que no me extraña que en su tiempo fuera considerado como un peligro para la sociedad. Espero no parecer puritano, pero, a juzgar por la reseña biográfica que hace el traductor (Juan Antonio Santos) llevó la vida más errática y "desordenada" que se pueda pensar. Es por ello que los relatos fantásticos se le antojan a uno no tan fantásticos en la vida del escritor.
Con todo, sería injusto si no admitiera una gran calidad literaria en muchos de ellos. Algunos, incluso, tienen gran parecido a otros que hoy en día consideramos canónicos en la literatura fantástica, como El buscador del alma recuerda claramente a La verdad sobre el caso del señor Valdemar de Poe, únicamente varía el hecho de que en el americano se trataba de la hipnosis en los momentos cercanos a la muerte y en el británico se trata de la administración de fármacos, pero en ambos casos supone la resurrección y el mantenimiento artificial de la vida de un fallecido.
Otros, como La zorra, son extraordinariamente imaginativos, rompen con cualquier planteamiento clásico incluso para un relato fantástico. Tal vez no sea más que un prejuicio por mi parte, que esté juzgando al escritor por su vida y no por sus textos (craso error). Seguiré adelante con el volumen editado por Valdemar para adentrarme en el pensamiento de "La bestia".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.