miércoles, 12 de marzo de 2025

"Bajo el sol jaguar", de Italo Calvino.

  Lo primero que leo de Calvino, también recomendación de la misma persona que me dio a conocer a Leonardo Sciascia. Bajo el sol jaguar son tres relatos, cabría llamarlos cuentos por lo imaginativos y fantasiosos que son. Fueron escritos al final de su vida, tanto que fueron publicados póstumamente, y faltan, en realidad, dos relatos. Digo esto porque son relatos relacionados con los órganos de los sentidos, y el autor sólo pudo concluir los del olfato, gusto y oído, perdiéndonos así la posibilidad de disfrutar de sus digresiones sobre la vista y el tacto. Me ha recordado sobremanera a Borges, especialmente en la capacidad de fabular a partir algo anodino y vulgar, en este caso los sentidos, pero con una imaginación y una brillantez que es muy infrecuente, sólo al alcance de unos pocos, entre los que se encontraba también el autor argentino. Otra cosa que me ha sorprendido, ésta no gratamente, es la increíblemente pésima puntuación del primer relato. No sé a qué atribuirlo, toda vez que los dos siguientes están perfectamente puntuados, con sus comas, puntos y comas y puntos en los sitios que les corresponde. En el primero, sin embargo, los signos de puntuación son prácticamente inexistentes, haciendo la lectura incómoda y sacándole a uno de la concentración necesaria. Por ejemplo, en una enumeración no se separa lo citado entre comas, verbi gratia: "y todo lo que teníamos que entender lo entendíamos con la nariz antes que con los ojos, el mamut el puercoespín la cebolla la sequía la lluvia son ante todo olores que se separan de los otros olores" (p. 20). Así, tal cual, obviamente faltan comas después de "mamut", "puercoespín", "cebolla" y "sequía". Como ese relato era lo primero que leía de Calvino he pensado que, tal vez, el autor italiano era de los que cree estar por encima de las normas, (algo así como Juan Ramón Jiménez cuando sustituía las jotas por las ges cuando ambas son homófonas), pero en los siguientes relatos, ya digo, la puntuación es correcta. ¿Error del autor que no se ha querido corregir en la traducción? ¿Error de la traductora, Aurora Bernárdez, (la viuda de Julio Cortázar)? Muy improbable. Tal vez, al ser relatos publicados póstumamente, no están lo suficientemente pulidos y no se los ha querido modificar por respeto al autor. No lo sé, pero me ha extrañado tanto que me sacaba de la lectura con frecuencia.
 Como decía, los relatos tratan de los órganos de los sentidos, dándoles un enfoque muy original. El primero, El hombre, la nariz trata, obviamente, del olfato. Ambientado en una perfumería de París, un cliente trata de encontrar el perfume que sintió en una mujer y que evocó en él todo tipo de sentimientos amorosos. La descripción que hace Italo Calvino de los olores y lo que siente el protagonista en cuestión es extraordinaria, verdaderamente, Calvino tiene un gran dominio del lenguaje. El segundo relato, Bajo el sol jaguar, se refiere al gusto. Calvino junta la muy especiada y picante comida mexicana con los rituales de sacrificios humanos precolombinos, insinuando que, tal vez, el uso de tantas especias picantes servía para disimular el fuerte sabor de la carne humana. El último relato, Un rey a la escucha, trata del oído, retratando a un rey paranoico que, postrado en su trono, escucha todo tipo de sonidos en su palacio real, intuyendo revoluciones que lo quieren deponer de su puesto a partir de simples pasos o golpes. De nuevo, Calvino muestra una originalidad que casa de forma extraordinaria con su dominio del lenguaje.
 En fin, por desgracia no tuvo tiempo para completar los cinco relatos, pero dejó tres de especial finura. Ya digo: es lo primero que leo de Calvino, pero no será lo último.

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