Obra "menor" de Unamuno, por su extensión, ayer un relato, hoy una novela breve; por su temática, muy "doméstica", menos "seria" que otras... tiene, sin embargo, todas las características que han hecho universal al escritor vasco.
Me cuesta mucho leer a esta gente. Quiero decir a Unamuno, a Baroja, a Azorín... son... los míos. Son los que cuentan historias que he tragado de mi familia desde mi más tierna infancia. En este caso, la tía Tula podría ser perfectamente mi madre, con su estúpido sentido del deber, con la concepción religiosa de la vida ("Dios nos da lo que merecemos") y con ese afán de sacrificio en vida que lleva a cualquiera que no sea un fanático religioso como ella y toda su familia a desear que llegue cuanto antes el fin... Será por eso por lo que necesito leer a gente como Lovecraft... no me cabe duda de que Cthulhu o cualquier deidad antigua tiene un equilibrio psicológico más sano y natural que cualquiera de la familia Maruri.
Bromas aparte (o no), La tía Tula tiene como característica principal el desarrollo psicológico que alcanzan los personajes, una constante en Unamuno. Pero lo hace siempre de forma suave, coloreando con el comportamiento con la vida cotidiana del personaje, como el hilo entreteje la tela...
¡Qué genio fue Miguel de Unamuno! Creo haber leído toda su narrativa y algo de su ensayística: Niebla, San Manuel, bueno, mártir, Abel Sánchez, Amor y pedagogía, Vida de Don Quijote y Sancho, Del sentimiento trágico de la vida, La agonía del cristianismo... ¡Qué ganas tengo de dejar de leerlo... y de dejar de vivirlo!