Lo primero que leo de Monzó, cosa extraña, porque es un tipo al que sigo en sus apariciones televisivas desde hace años y, recientemente y gracias a los avances en las redes de comunicación -léase youtube-, en años pasados cuando colaboraba en TV3.
Reconozco que, desde la inveterada cuna de Felipe II donde ahora vivo o desde la capital imperial donde nací y crecí, tendemos a ver a los escritores catalanes desde dos puntos de vista estereotipados y contradictorios. Por un lado, la mayoría votante y pudiente los ve como un grupo de díscolos antipatriotas secesionistas que encima se empeñan en escribir en su "marginal dialecto"; por otro, la minoría sufriente y humillada, los vemos como una cuña que nos permitirá romper la caspa, el moho y la roña y abrir de una vez por todas este mentado país al siglo XXI (o al menos salir del XV en el que todavía nos tienen). Obviamente visiones manidas fuente más de los odios y amores que unos y otros profesan; los escritores catalanes, naturalmente, son como el resto (no del Estado -ni del "país más antiguo" como dicen-, sino del mundo), gente que se afana por mostrar su visión de la vida y luchar contra todo y contra todos por mantener su individualidad frente a esos estereotipos; de hecho, hay quien asegura, aunque esto me temo que no es demostrable empíricamente, que los escritores catalanes serían seres humanos corrientes y molientes, y que no han sido pagados como espías con el "oro de Moscú".
En fin, que empiezó con Monzó, espero que el humor irónico que destila en cada aparición televisiva se encuentre también en sus escritos... realmente necesito reírme un poco de todo y de todos.
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