Lo reconozco, he caído bajo el influjo de Gorey... sus viñetas son tan peculiares, tan inteligentes y sutiles a la vez que impactantes y demoledoras, que no he podido evitar comprar tres de las cuatro (ya conseguiré la que falta) recopilaciones de sus libros, que tituló Amphigorey.
Para aquellos que no le conozcan pero hayan visto las películas de Tim Burton, sepan que la estética del cineasta, tan particular, tan reconocible, tiene un evidente origen en Gorey (los benévolos dirán influencia, otros peor pensados, plagio).
En cualquier caso, la obra de Gorey, ciertamente enorme, supone la confirmación definitiva, para aquellos que todavía sean tan ignorantes como para pensar que los cómics son "cosas de chicos".
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