En otras entradas hablé de uno de mis actores favoritos, inolvidable protagonista de M, el vampiro de Dusseldorf o "Der Verlorene" e impagable secundario en joyas como Casablanca, El halcón maltés o Arsénico por compasión. Estoy hablando, por supuesto, del gran László Löwenstein, conocido artísticamente como Peter Lorre.
Pues bien, Peter Lorre encarna a Kentaro Moto, un personaje de ficción creado por John P. Marquand. El tal Marquand escribió seis novelas en las que Mr. Moto, un japonés residente en Estados Unidos, ejerce como detective aficionado desenmascarando delincuentes con su pulcro estilo de vestir y su maestría en artes marciales. Las adaptaciones cinematográficas, dirigidas por Norman Foster, siguen el mismo camino de las películas de espionaje y detectives tan usuales en los años 30 y 40 del pasado siglo, de las que Casablanca o El halcón maltés antes citados son obras cumbre. Los papeles de Lorre, como es habitual, son excepcionales. Parece mentira que este "pequeño hombrecillo" con sus limitaciones físicas (en un Hollywood de galanes que más semejaban atletas que actores) deslumbre por la verosimilitud y naturalidad que consigue.
Desafortunadamente, los personajes japoneses cayeron en desgracia a raíz de la entrada en guerra de aquel país con los Estados Unidos, de manera que las películas, que habían cosechado un notable éxito tanto de crítica como de público, quedaron en el olvido por no ser tan "patrioteramente" americanas como debían.
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