Ya lo dije: una de las mejores aspectos de la novela gráfica (vulgo cómic) es la posibilidad de tratar temas muy complejos social o políticamente hablando, tanto que a las editoriales normales les cuesta horrores sacar narrativa "tradicional" sobre esos temas; sin embargo, por ser el cómic un "subgénero menor", sí permiten hacerlo. Es el caso de éste.
Tocar un tema delicado no significa, no obstante, que se haga desde la prudente equidistancia o incluso desde una complacencia babosa, no, se pueden defender todas las posturas y, aún así, buscar líneas de encuentro. Eso es lo que me atrae de He visto ballenas, un relato del llamado "Conflicto vasco". De Isusi lo afronta desde las actuales reminiscencias de ETA, los presos; concretamente es la, a priori, inverosímil amistad entre un etarra y un miembro de los GAL. Inverosímil la amistad por la distancia ideológica (aquí se nota la falta de equidistancia, el etarra es presentado como un luchador por la libertad y el del GAL como un simple mercenario), pero sin embargo factible relación por ser ambos personajes en un trance de la vida semejante: encarcelados, arrepentidos -avergonzados incluso- de sus actividades criminales, descarrilados de la sociedad y de sí mismos en realidad.
El resultado es brillante. Consiste en una exteriorización del maremágnum de pensamientos que bullen en sus cabezas. Los personajes, en verdad, se juzgan a sí mismos y a sus sociedades con una dureza notable, sin nostalgias ni sentimentalismos y, sobre todo, quitándose poco a poco los prejuicios ideológicos, lo cual les permite ver al otro como un ser humano sin condicionamientos de guerra (amigo/enemigo). Una valiente apuesta con un gran desenlace, algo que, mucho me temo, no vaya a estar generalizado en aquellos que no permiten la resolución del Conflicto vasco sin que haya vencedores y vencidos.
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