En España se tituló El resplandor de un genio, y tiene entre sus máximos atractivos el Oscar de 1997 que ganó en la categoría de mejor actor protagonista Geoffrey Rush. Ese premio y la devoción que siento por el australiano me incitó a visionarla... ¡decepción!
La cinta narra la historia del que es considerado uno de los mejores pianistas de la historia, el australiano David Helfgott, quien destacó además por su complicada vida, debido a la enfermedad mental que le asedia desde la juventud. No es una película con muchos recursos cinematográficos: no hay, por supuesto, efectos especiales, no se busca un rodaje artístico, no hay nada efectista. Es una biografía de corte realista.
Lo más ajustado a la verdad es decir que es una película correcta, sin grandes ambiciones pero sin excesos o defectos, sin embargo me ha decepcionado un tanto la actuación de Rush.
El australiano es para mí, ya lo he dicho hasta la saciedad, uno de los grandes, capaz de hacer verosímil cualquier registro por variado que este sea, no obstante, aquí no me parece destacable. Quizá sean estos papeles de enfermos mentales y discapacitados que, por muy bueno que sea el actor, siempre parecen demasiado histriónicos, un tanto desproporcionados. Es probable que esta misma película con un actor de menos categoría que Rush hubiese caído en lo ridículo e incluso chabacano, pero incluso él me ha parecido un tanto excesivo.
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