martes, 16 de septiembre de 2014

Ahora leyendo: "Un amigo de Kafka", de Isaac Bashevis Singer

 Lamentablemente, en Europa hemos perdido no hace tantas décadas otra cultura (una más junto, por ejemplo, a la sefardita o la morisca), la cultura judía askenazí, que, como todos saben, fue barrida en campos de concentración, entre torturas, cámaras de gas y hornos crematorios. De aquellos judíos que los bárbaros nazis  juzgaban "infrahumanos" no quedó ni rastro de la rica cultura que poseían: lengua propia (el yidish o judeoalemán), tradiciones centenarias, formas literarias únicas como el teatro yidish... afortunadamente, escritores como Isaac Bashevis Singer (que recibió el Nobel de Literatura en 1978) nos recuerdan esa inmensa parte de Europa que los fanáticos trataron de aniquilar hace siete décadas.
 Un amigo de Kafka es solo uno de los múltiples relatos compilados en este pequeño tomo, muestra fiel, sin embargo, de esa enorme cultura desaparecida. Millones de europeos de pasados siglos hubieran encontrado esos relatos como ejemplos claros de las características de sus vidas y las de sus familias... hoy, son mera historia.
 Isaac Bashevis Singer es, por tanto, no solo un narrador más sino un verdadero testigo de aquella sociedad, un historiador que nos recuerda con cuanta facilidad, en apenas unos años se puede borrar del mapa todo tipo de sentimiento humano: alegrías, tristezas, sufrimientos, esfuerzos, recompensas, piedades religiosas, lujurias, amor, odio, éxitos, fracasos, satisfacciones, frustraciones... vida, en definitiva.
 Su imagen de viejecillo frágil, su voz atildada, su fortísimo acento germánico al hablar en inglés, nos despierta una vena compasiva en uno de los grandes de la literatura en yidish, una literatura ya extinta.

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