Leer a Dostoyevski es siempre bucear en lo más profundo del alma humana, encontrarse a uno mismo retratado "negro sobre blanco" con una verosimilitud que pocos han conseguido. Habitualmente el formato es el de una gran novela, en varios cientos de hojas, pero no siempre, aquí van tres breves relatos:
El título del primer relato, El sueño de un hombre ridículo, es usado por contraposición, pues tal hombre tiene un sueño que no es sino un compendio de la humanidad, en el que el hombre primigenio, natural e inocente, es corrompido hasta llegar a nuestro estado -en esencia el concepto desarrollado por Rousseau-. Todo esto escrito con la sencilla genialidad de Dostoyevski, con esa introspección que parece imposible encontrar en un autor de mediados del siglo XIX. Los valores de lo que se ha dado en llamar el "existencialismo literario" están condensados en este relato: el libre albedrío, la idea del suicidio, la redención a través del sufrimiento, el feroz individualismo... todo en poco más de cuarenta páginas de un libro de bolsillo... ¡quién quiere más!
Los de Alianza Editorial lo han bordado cuando prologan estos relatos con su última frase: "... todos giran en torno a dos de las preocupaciones mayores del autor, a saber: por un lado, la insensibilidad de la que el hombre es víctima a causa de su enajenación respecto a sus raíces, y por otro el sentido de su andadura sobre la tierra." Pues en eso precisamente estamos nosotros, en esa andadura sobre la tierra, y alegra el paso el saberse acompañado en tan ardua tarea por un hermano de sufrimiento, por Fyodor Dostoyevski.
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