Octava (o sexta, según se mire) entrega de la fantasiosa y a la vez extraordinariamente verosímil sociedad del Mundodisco. Ahora toca, como se sobreentiende por el título, al hilo argumental centrado en las brujas, con algún personaje conocido como Yaya Ceravieja y otros nuevos. En todo caso, persiste la mirada sarcástica e irónica de Pratchett que no deja títere con cabeza. Se burla de la soberbia humana, de nuestras ridículas vanidades; aquí no hay buenos o malos, todos son ridículos, cómicos, risibles y esperpénticos.
Las tres brujas protagonistas principales (Yaya Ceravieja, Tata Ogg y Magrat) van a intervenir en la sucesión monárquica del Reino de Lancre. Como siempre, el más digno se mostrará como el más indigno, el más estirado como el más rastrero, el más noble como el más infame... tanto que no habrá finalmente mejor rey que un bufón ni mejor reina consorte que una bruja. En fin, alguno dirá que la sociedad del Mundodisco es demasiado irreal, a mí se me antoja que es exactamente nuestra sociedad sin la mentira, la hipocresía y el cinismo que se enseñorean de ella cada día.
Y mientras tanto, la gigantesca tortuga cósmica Gran A'Tuin sigue volando por el Multiverso, con sus cuatro elefantes sobre su caparazón, quienes sostienen a su vez el Mundodisco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.