La mayoría de los hombres lleva vidas de tranquila desesperación. Lo que se llama resignación es desesperación confirmada.
En la práctica, los viejos no tienen consejos muy importantes que dar a los jóvenes, pues su experiencia ha sido tan parcial y sus vidas han sido fracasos tan miserables...
La mayoría de los lujos, y muchas de las llamadas comodidades de la vida, no sólo no son indispensables, sino que resultan verdaderos obstáculos para la elevación de la humanidad.
¿Por qué debemos vivir con tal prisa y gasto de vida? Estamos resueltos a pasar hambre antes de estar hambrientos.
Que cada uno se ocupe de lo suyo y trate de ser como ha sido creado.
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