miércoles, 2 de septiembre de 2020

Salmo 73. El enigma de la felicidad de los malvados.

 1 Salmo de Asaf.  ¡Qué bueno es Dios para el justo, | Dios para los limpios de corazón!  2 Pero yo por poco doy un mal paso, | casi resbalaron mis pisadas:  3 porque envidiaba a los perversos, | viendo prosperar a los malvados.  4 Para ellos no hay sinsabores, | están sanos y orondos;  5 no pasan las fatigas humanas, | ni sufren como los demás.  6 Por eso su collar es el orgullo, | y los cubre un vestido de violencia;  7 de las carnes les rezuma la maldad, | el corazón les rebosa de malas ideas.  8 Insultan y hablan mal, | y desde lo alto amenazan con la opresión.  9 Su boca se atreve con el cielo. | Y su lengua recorre la tierra.  10 Por eso se sientan en lo alto | y las aguas no los alcanzan.  11 Ellos dicen: «¿Es que Dios lo va a saber, | se va a enterar el Altísimo?».  12 Así son los malvados: | siempre seguros, acumulan riquezas.  13 Y dije: ¿para qué he limpiado yo mi corazón | y he lavado en la inocencia mis manos?  14 ¿Para qué aguanto yo todo el día | y me corrijo cada mañana?  15 Si yo dijera: «Voy a hablar con ellos», | renegaría de la estirpe de tus hijos.  16 Meditaba yo para entenderlo, | porque me resultaba muy difícil.  17 Hasta que entré en el santuario de Dios, | y comprendí el destino de ellos.  18 Es verdad: los pones en el resbaladero, | los precipitas en la ruina.  19 En un momento causan horror, | y acaban consumidos de espanto.  20 Como un sueño al despertar, Señor, | al despertarte desprecias sus sombras.  21 Cuando mi corazón se agriaba | y me punzaba mi interior,  22 yo era un necio y un ignorante, | yo era un animal ante ti.  23 Pero yo siempre estaré contigo, | tú agarrarás mi mano derecha;  24 me guías según tus planes, | y después me recibirás en la gloria.  25 ¿No te tengo a ti en el cielo? | Y contigo, ¿qué me importa la tierra?  26 Se consumen mi corazón y mi carne; | pero Dios es la roca de mi corazón y mi lote perpetuo.  27 Sí: los que se alejan de ti se pierden; | tú destruyes a los que te son infieles.  28 Para mí lo bueno es estar junto a Dios, | hacer del Señor Dios mi refugio, | y contar todas tus acciones | en las puertas de Sión. 

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