Por más años que pasan y más cientos de libros que leo, no escarmiento. Lo digo porque éste es el cuarto libro que leo del "inmenso" Imre Kertész... y sigo pensando lo mismo que sentí al leer los anteriores: que es un autor con un par de novelas que merecen la pena (Sin destino y Kaddish por el hijo no nacido) (y este último no lo tengo tan claro) y lo demás no merece la pena. Lo siento, pero esto es lo que pienso. Lo demás son un puñado de ensayos relatados o relatos ensayísticos o... o yo que sé... Sí, sí sé, son las notas que todo escritor tiene y que no son publicables. Son notas tomadas a vuelapluma sobre ciertas consideraciones, algunas ideas aisladas, reflexiones sobre libros ya escritos... Algo que, salvo que se esté estudiando al autor para hacer, por ejemplo, una tesis doctoral, no es interesante en absoluto. Pero, claro, todo cambia cuando el bueno de Kertész recibe el Premio Nobel de literatura de 2002. Eso, supuestamente, significa que todo lo que haya escrito o escriba el fulano en cuestión es una obra maestra que ha de ser publicado y ha de recibir toda ayuda o subvención pública para que el gran público (pobres ignorantes) sean iluminados. ¡Bufff!
Cuando leí Sin destino, me pareció un necesario relato personal sobre el Holocausto, la terrible experiencia de la brutalidad y el sadismo humanos, concretados en Auschwitz. Temo que estos relatos son necesarios no por interés literario o cultural sino social, quiero decir: la humanidad es de una estupidez tan inmensa que es perfectamente verosímil que una salvajada de ese calibre se pueda volver a repetir, con lo cual la lectura de esas aberraciones puede, de algún modo, inmunizar a los pocos seres humanos con inteligencia en el planeta (que, desgraciadamente, somos los que no tenemos poder alguno). Así que la cuestión social justifica la publicación y lectura de Sin destino.
Con Kaddish por el hijo no nacido y, sobre todo, con La última posada ya me di cuenta de que la infame industria editorial había decidido publicar todo lo que había escrito este pequeño escritor húngaro, aunque fuera sobre papel higiénico. Y como no hay dos sin tres, ahora he vuelto a meter la pata con Fiasco... Ahora que lo pienso, qué buen título, vaya fiasco se va a encontrar quien busque buena literatura en estas páginas...
Pues eso, Fiasco es un relato ensayístico, o un ensayo novelado o algo extraño en el que el autor recoge todas sus consideraciones, de forma deslavazada, sin verdadera estructura. Podría considerarse "metaliteratura" en el sentido de que entre las digresiones están aquellas que tienen que ver con el rechazo editorial a la publicación de Sin destino (que, por cierto, esgrimen razones que me parecen totalmente lógicas: que el protagonista no llega a comprender plenamente el salvaje proceso del Holocausto y que no emite juicio moral alguno). Otros fragmentos del relato son meras cuestiones de orden práctico de su vida rutinaria y sin grandes esperanzas en un Budapest en plena Guerra Fría, de una grisura sin fin (tanto Budapest y Hungría como la vida del escritor).
En fin, fragmentos de vida de un tipo gris que reflexiona sobre vulgares eventos en una vulgar ciudad... Nada que interese.
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