Golding fue mundialmente aclamado por El señor de las moscas, fábula moral en la que un grupo de niños británicos acaba, tras un naufragio, en una isla desierta; las relaciones de poder que se establecen entre ellos, la crueldad innata de unos sobre otros y, finalmente, la barbarie, estremecen al lector por su extraordinaria verosimilitud, verosimilitud que es ampliable, claro, a toda la especie humana. Y, en ese sentido, va también La oscuridad visible, una extraña novela sobre la maldad humana, sobre seres torcidos, bien por accidente o por elección, que dañan todo lo que tocan.
William Golding se limita a presentar a sus personajes y sus reprobables comportamientos, sin hacer un verdadero juicio moral sobre ellos, eso, entiendo yo, queda para el lector, que asiste anonadado al frío relato de la degradación de los protagonistas. El ambiente final es francamente pesimista, pues la normalidad con la que el autor inglés describe a sus personajes da a entender que sus caracteres están ampliamente distribuidos entre los hombres, que la maldad siempre germinará en el corazón humano, dañando su propia existencia sin solución.
Argumento de La oscuridad visible: inicialmente narra la vida de Matty, un huérfano de la Segunda Guerra Mundial, que sobrevive milagrosamente a los bombardeos nazis sobre Londres. En uno de ellos sufrirá la abrasión de la mitad de su cara. Eso y la ausencia total de afecto paterno lo sumirá en una vida de marginación desde que es rescatado de las ruinas de lo que fue su casa e internado en un orfanato. Aquel orfelinato será un nido de perdición, pues un pederasta, el señor Pedigree, acosará a todos los chicos, abusando de los más "guapos". Obviamente, Matty, con su cara deforme se librará del maltrato del profesor pedófilo, pero incluso esto será sentido por el chico como un agravio comparativo. Tras salir del hospicio, deambulará por Londres, realizando los oficios más bajos, los que nadie quiere hacer; buscando huir de todo ello acabará en Australia, donde seguirá con el desempeño de esos trabajos, se endurecerá y se refugiará en el fanatismo religioso. Con todo, Matty no deja tratar de entenderse, preguntándose "¿quién soy? ¿Qué soy? ¿Para qué soy?" Obviamente, no encontrará nunca una respuesta apropiada.
Si el tal Matty es un ser desgraciado desde su más tierna infancia por la querencia del destino (o de la Providencia o de la casualidad, vaya usted a saber), otros personajes de la novela parece que buscan activamente su desventura. Es el caso de Sophy, una chica de aparente "buena familia" que, teniendo todo lo material y el afecto de su padre, decide torcerse por puro capricho, por pura experimentación, haciendo del sexo un negocio que, claro, acabará en desastre. Sophy descubre muy pronto que puede ganar dinero con la entrepierna, y con una sencillez estúpida o inmadura se pone a ello. Naturalmente, paso a paso se irá deslizando por la ladera de la inmundicia moral, llegando a conocer a gente peligrosa y dañina, que la introducirán en delitos cada vez más graves, llegando a planificar el secuestro y asesinato de niños.
William Golding. Imagen tomada de Wikimedia Commons
En fin, La oscuridad visible no es una novela amable ni entrañable, es un texto desasosegante, principalmente por la verosimilitud de lo narrado y por la redondez de los personajes. En este sentido, Golding es un maestro, pues la minuciosidad con la que relata el descenso a los infiernos de sus personajes, es una evolución (involución moral, sobre todo) que lleva al lector a conocer plenamente los entresijos del alma de los protagonistas. Así, el lector asiste perplejo a la toma de pésimas decisiones, a los errores evidentes, al resbalón tras el patinazo, viendo como cada movimiento agrava la situación del personaje. Ya digo que no hay juicio moral por parte de Golding, es una narración fría y concisa, pero deja un sabor muy acerbo al leerlo.
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