Inicio la segunda parte de esta trilogía. La primera, Heliconia, primavera, era un verdadero prodigio de imaginación compensado con rigor científico.
El planeta sigue girando en su órbita a Batalix, pero además acercándose cada vez más a Freyr, lo que provoca cambios climáticos extremos; llevando una tierra helada a convertirse en una zona verde, fértil; pero también provoca cambios bruscos en las poblaciones humanas e inhumanas, que han de adaptarse como pueden a dichas alteraciones.
Es una pena que este gran autor británico haya pasado sin pena ni gloria por nuestro país, que sin embargo sí conoce, merecidamente, por supuesto, a Asimov. En el caso de la trilogía "heliconiana" no se trata de futurismo espacial, sino astronómico, con un argumento localizado en un sistema solar binario que provoca evoluciones verdaderamente interesantes. Aldiss consigue dar verosimilitud a esa situación astronómica, a la vez que nos introduce en la realidad palpitante de los habitantes de Heliconia.
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