Pequeña colección de relatos policíacos, por supuesto ambientados en un futuro lejano y con el tema espacial omnipresente.
En el prólogo del propio autor explica cómo cualquier novela de ciencia ficción podría incluir distintos elementos para que fuera considerada de otro subgénero narrativo: novela romántica, de terror, deportiva, policíaca... siempre y cuando estén ambientadas en un futuro lejano y tecnológicamente avanzado. Por supuesto, en ese plano Asimov es uno de los más grandes maestros, y su maestría no depende tan solo de su imaginación desbordante como también de su erudición en dichos campos que dotaba de gran verosimilitud a sus escritos. Al margen de eso, es destacable el uso de personajes que son el álter ego del autor; quizá lo hagamos todos de forma inconsciente, pero Asimov dota a su álter ego, en este caso Wendell Urth de las características más insignificantes que lo identifican como su conocida claustrofilia y rasgos físicos notorios.
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