Prototipo del escritor aventurero: viajero empedernido,
héroe de guerra, cazador en safaris, amante de decenas de mujeres,
gran bebedor... Hemingway respondía a todos los excesos que un ser
humano podía cometer. A la vez que vivía intensamente, también
escribía de la misma manera: autor de decenas de novelas y relatos
(muchos de los cuales han sido popularizados por el séptimo arte)
que narraban personajes audaces, de vidas apasionadas. Su suicidio
fue negado por algunos de sus coetáneos, atribuyéndolo a un
accidente de caza; otros aseguraban que su vertiginosa vida solo
podía explicarse desde un trastorno bipolar, con alternancia de
fases maníacas (en las que escribiría toda su obra) y otras
depresivas (en la que se encontraba al final).
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